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Páginas para colorear con el Conejo de Pascua: historia y curiosidades sobre su aparición en la cesta
El conejo de Pascua ha sido durante mucho tiempo un símbolo familiar y popular asociado a esta fiesta religiosa, pero ¿se ha preguntado alguna vez sobre los orígenes del símbolo y cómo se convirtió exactamente esta simpática y esponjosa criatura del bosque en un símbolo tan común de la Pascua?
La mítica historia del conejito que trae huevos el domingo de Pascua tiene una historia sorprendente, ¡y no sólo porque sea bonito! Tiene una larga y profunda historia en las fiestas cristianas, e incluso en las tradiciones paganas. Esto es lo que hay que saber sobre los fascinantes orígenes de esta costumbre, antes de dar la bienvenida a la fiesta en la que se va a la iglesia a bendecir la cesta con los huevos de Pascua y el propio animal con el que decoramos la cesta
En la Biblia no se menciona la mítica liebre que reparte huevos a los niños el día de la resurrección de Jesucristo, así que ¿cómo se convirtió exactamente en un símbolo destacado de una de las fiestas más importantes del cristianismo? Una de las teorías sostiene que el símbolo del conejo deriva de una antigua tradición pagana que se cree que originó la celebración de la Pascua: la fiesta de Eostre, que rendía culto a la diosa de la fertilidad y la primavera. Al parecer, el símbolo animal de la diosa era el conejo, que tradicionalmente ha simbolizado la fertilidad. Así es también como esta tradición llegó a los cristianos.
En cuanto a cómo llegó el animal a América, fue lo siguiente. La introdujeron por primera vez en el siglo XVIII los inmigrantes alemanes de Pensilvania, que al parecer trajeron consigo la tradición de la liebre ponedora. Según la historia, la liebre ponía huevos de colores como regalo para los niños buenos, así que los niños hacían nidos donde la liebre podía dejar sus huevos, e incluso a veces dejaban zanahorias por si la liebre tenía hambre. Con el tiempo, la costumbre se extendió por toda América y se convirtió en una tradición de Pascua común; con el tiempo, la oferta del famoso conejo se amplió de huevos a otras golosinas como chocolate y juguetes.