Este tipo de vehículos son conocidos por su capacidad para atropellar fácilmente a otros coches y aplastarlos. La ventaja del tamaño hace su trabajo aquí. Además, tiene unos neumáticos enormes y gruesos que no son tan fáciles de pinchar. A menudo en los estadios se organizan este tipo de juegos y competiciones en los que hay que destruir otros vehículos.