La imagen muestra a Robin Hood y a una pequeña liebre abrazada a él, que le está muy agradecida por haberle ayudado a él y a su familia. Todos los habitantes de Nottingham se sienten intimidados por el Rey y no se atreven a desafiarlo, excepto Robin Hood. No se preocupa por él y se dedica a lo suyo. Utiliza diferentes colores al pintar el cuadro.