El albaricoque, al igual que otras frutas, tiene un hueso bastante grande en su interior, que no se come. Si quieres comer un albaricoque, primero tienes que partir la fruta por la mitad y luego sacar el núcleo marrón del centro de la fruta. Lo mismo ocurre con los aguacates, las ciruelas y los melocotones. Y ahora, uno, dos, tres, lápices de colores en tus manos, porque hoy tu tarea es colorear este dibujo, así que ¡adelante!