Las avispas pasan mucho tiempo volando y eligiendo las flores adecuadas. Pero una vez que han localizado la más bonita y de mejor olor, vuelan y chupan el néctar de ella. El néctar es muy dulce y pegajoso, por lo que a menudo se ve un polen amarillo, dorado o naranja muy fino en los insectos. Colorea este insecto y la flor llena de néctar.