Un patito llora por su mamá y sus hermanos que han decidido dejarlo atrás. Y todo por culpa de que sus plumas, en lugar de ser blancas, eran grises. Se sentía feo y poco querido. Colorea este pajarito, tal vez un poco de color le haga sentirse mejor. Crucemos los dedos por él y recordemos que la apariencia no lo es todo.